© Nina Subin
El mes pasado se falló en Tánger el jurado del Premio Formentor de las Letras, constituido por Berta Vías Mahou, Dulce María Zúñiga, José Enrique Ruiz-Domènec, Andrés Ibáñez y su presidente Basilio Baltasarque, después de ordenar los méritos de los escritores presentados como candidatos por el jurado y tras evaluar la calidad y sentido de sus obras literarias, en concordancia con las ediciones que preceden a la actual, reconocieron al autor húngaro László Krasznahorkai con el Premio Formentor de las Letras 2024.
«Por sostener la potencia narrativa que envuelve, revela, oculta y transforma la realidad del mundo, por dilatar la versión novelesca de la enigmática existencia humana, por convocar la vigorosa lectura de una compleja fabulación y construir los fascinantes laberintos de la imaginación literaria, el jurado declara Premio Formentor 2024 al escritor húngaro László Krasznahorkai.
Su obra, publicada en nuestro país por la editorial Acantilado, abarca en su elíptica y demorada evocación los sombríos, bellos y melancólicos paisajes del alma, la abrupta cartografía de la sinuosa peregrinación humana y los secretos murmullos de una ensimismada premonición.
En la trama de unas ficciones sorprendentes, los personajes de László Krasznahorkai se distinguen por su lánguida, recóndita y ensortijada personalidad. En su itinerario narrativo, conciencia y peripecia, ironía y tristeza, la locura y lo sagrado, fluyen al compás de una meditada cavilación. Los personajes son siempre densos, imprevisibles y al borde de una delirante redención.
Las estructuras narrativas de László Krasznahorkai y su estilo detallista, lento y dilatado, manifiestan la energía creativa de una literatura ajena por completo a la influencia industrial del divertimento. A lo largo de las décadas, su obra ha reunido a una comunidad internacional de lectores comprometidos con la tradición artística de la novela europea.
Las obras de László Krasznahorkai nos devuelven la virtuosa flema de la lectura y la contemplación de lo extraño, solemne, letárgico,
oscuro y voluptuoso que palpita en el corazón del hombre. Nuestro autor renueva así la autoridad estética de la gran literatura.
Por todo ello, por dar a conocer a los lectores el legado de la lengua magiar, por restaurar las dimensiones desapercibidas de la imaginación y por el virtuosismo de su elegante escritura, el jurado concede el Premio Formentor de las Letras 2024 al escritor húngaro László Krasznahorkai».
László Krasznahorkai, nació el 5 de enero de 1954 en Gyula (Hungría). Estudió Derecho y Lengua y Literatura Húngaras y, después de algunos años como editor, se convirtió en escritor. Abandonó la Hungría comunista en 1987, cuando viajó a Berlín Occidental para obtener una beca. A principios de la década de 1990, pasó largos períodos de tiempo en Mongolia y China, y más tarde en Japón, escenarios que trajeron cambios estéticos y estilísticos en su escritura. Mientras escribía la novela Guerra y guerra (1999), viajó por Europa y vivió en el piso de Allen Ginsberg en Nueva York. Ahora vive recluido en las colinas de Szentlászló.
Su primera novela, Satantango (1985) traducida como Tango satánico, lo llevó al centro de la vida literaria húngara y sigue siendo su obra más conocida. También destaca Melancolía de la resistencia (1989), ambas novelas llevadas al cine por su amigo, el director Béla Tarr. Otras de sus obras traducidas al castellano son: Guerra y guerra; Al Norte la montaña, al Sur el lago, al Oeste el camino, al Este el río; Ha llegado Isaías; Y Seiobo descendió a la Tierra; Relaciones misericordiosas y El último lobo.
En marzo de 2004 recibió del Gobierno húngaro el Premio Kossuth, uno de los más prestigiosos de su país, por el conjunto de su obra; en mayo de 2015, el Man Booker Internacional; en abril de 2021, el Premio Austríaco de Literatura Europea y, en 2024 ha sido galardonado con el Premio Formentor de las Letras.
El Prix Formentor es un reconocimiento a la calidad e integridad de las obras que consolidan el prestigio e influencia cultural de la literatura. Convocado por primera vez en 1961, se recuperó en el 2011 para subrayar los valores estéticos de la narrativa y la energía creativa de la imaginación literaria.
Fue fundado por un reputado grupo de editores europeos (Carlos Barral, Claude Gallimard, Giulio Einaudi, Heinrich Maria Ledig-Rowohlt, Barney Rosset, Weidenfeld & Nicolson…) En Formentor fueron premiados, entre otros, Jorge Luis Borges, Samuel Beckett, Saul Bellow, Jorge Semprún y Witold Gombrowicz. Tras su recuperación, el premio lo han recibido Carlos Fuentes, Juan Goytisolo, Javier Marías, Enrique Vila-Matas, Ricardo Piglia, Roberto Calasso, Alberto Manguel, Mircea Cărtărescu, Annie Ernaux, Cees Nooteboom, César Aira, Liudmila Ulítskaya y Pascal Quignard.
Su propósito es contribuir a fomentar el buen gusto, reconocer la inteligencia artística de los escritores y contribuir a la docta tradición de la Europa ilustrada. Durante los años 60, Formentor fue una referencia para la vanguardia de la edición europea y uno de los foros literarios más notables y acreditados. Durante algunos años, se reunieron en este singular enclave de la isla de Mallorca los máximos exponentes de la literatura de la época en tertulias, encuentros y debates, recreando una atmósfera singular que atrajo la mirada y la atención de alguno de los nombres propios sin los que hoy no se podría entender la historia de la cultura.
El Premio y las Conversaciones Literarias están organizados por la Fundación Formentor. Dotado con cincuenta mil euros, el Premio Formentor cuenta con el mecenazgo de las familias Barceló y Buadas.