La Universidad Católica Andrés Bello publica EL EJERCICIO DE SER JOSÉ BALZA Conversaciones con María Ramírez Delgado, del que reproducimos un extracto del prólogo de la autora. El libro se compone de una serie de entrevistas, profusamente ilustradas con fotografías y dibujos de Balza, a lo que se añaden un par de cuestionarios, entre ellos la «Entrevista capotiana» del blog de Toni Montesinos, y un apartado de correspondencia (cartas de o a Winston Adrián, Carlos Noguera, Jorge Nunes, Esdras Parra, Lil Hernández Milord, Alfredo Silva Armas, Eudes Balza, Guillermo Sucre, Eugenio Montejo, Severo Sarduy, Hanni Ossott, Reinaldo Arenas, Maurice Belrose, Sael Ibáñez, Alejandro Rossi, Adolfo Castañón, Carlos Granés, Silda Cordoliani, Toni Montesinos, Juan Carlos Méndez Guédez, Rubi Guerra y Juan Carlos Chirinos). Todo se completa con una selección de los diarios del escritor, una «historieta», una cronología y una bibliografía.
«[…] De todas las artes, la literatura es aquella que nos invita más fielmente a navegar la memoria, no porque la resguarde como la historia, sino porque exige, de aquel que cae en sus encantos, descubrir desde la propia imaginación, una imaginación que se ha alimentado de los recuerdos, para así ir creando una complicidad intemporal entre el autor y nosotros; ese intercambio en ocasiones nos llena de curiosidad y nos reclama la vida del otro. Por eso insistimos en comprender cómo la experiencia del otro ha alimentado la nuestra; necesitamos entender las concurrencias y los aspectos de su vida, esos que han renacido hasta llegar a nosotros. Todo autor esconde claves de su vida en su obra y no necesariamente de forma intencional. Es inevitable, puesto que sobre esa vida se cimienta su creación, la palabra escarba la experiencia y la funde en acto único y total de la conciencia.
Es por esa curiosidad, por esa sincronía y ese afán de comprensión, que a finales de 2019 le propuse a José Balza que estableciéramos un diálogo para hacer un libro sobre su vida. Balza aceptó con la condición de que nuestras conversaciones se llevarían a cabo después de su viaje al Delta. La primera intención era reunirnos un par de veces por semana para hablar, pero algunos inconvenientes retrasaron los primeros encuentros y en marzo de 2020 las autoridades venezolanas declararon la cuarentena nacional y así, a la incertidumbre del país se sumó la del COVID-19, la enfermedad nos hizo esperar otra vez. Decididos a no dejarnos amedrentar, el 5 de mayo de 2020 iniciamos el proceso. Comencé a enviar largas listas de preguntas a Balza y, a pesar de que vivimos en la época de las videollamadas, no hicimos las entrevistas por esta vía, sino por escrito. Cada ciclo de preguntas fue contestado con dedicada paciencia. Balza estaba ante el reclamo de repensar su vida.
Exponerse a cualquier pregunta, de otros o nuestra, es hacerse vulnerable, porque toda interrogante es una intención, una necesidad que coloca tanto al cuestionador como al cuestionado en un espacio de fragilidad. Se exige la respuesta que no se conoce, se busca lo que ignoramos, y toda pregunta es también entrada a nuevas interrogantes. Tomamos las respuestas como confirmaciones de una parte de la verdad, bien puede que sea oculta o sospechada, pero esto no quiere decir que sean definitivas y mucho más cuando lo que se pregunta es sobre la vida de alguien, son también fragmentos y, si bien estamos deseosos por aprisionar la respuesta —esa que esconde parte de la esencia del interrogado—, esto nos lleva, con cierta perplejidad, a develar esa esencia anhelada.
Así llegó el 2021 y el 2022 y algunas nuevas preguntas surgieron. El libro se fue tejiendo en esos años, a veces el pasado surgió tomando un té en el balcón de su casa en El Marqués, junto a su mesa para pintar, rodeados de sus dibujos hablamos de un cuento y las condiciones que llevaron a su escritura, del aparecer de ciertos personajes. Más tarde, se reveló ante mí el andariego de Puerto Píritu junto a sus amigos. Todas estas invocaciones hicieron surgir a un hombre más joven que se reúne con sus estudiantes en un salón de clases, que sale de la universidad y se sienta a escribir con un whiskey, un hombre que se escribe y que no puede ser forzado a una estructura lineal, me encuentro con un personaje infinito que vuelve a enamorarse, regresa a la niñez, al río, al vientre materno. Veo a Balza renaciendo para volver a empezar.
[…] Este libro pretende ser una de las muchas llaves para descifrar al Heráclito del Delta, a veces escondido en su interioridad como en las oscuras aguas del Orinoco tras su oracular majestad. Este libro es también mi interpretación de Balza, mi idea del escritor que he leído y de mi deseo por transitar por las redes que su escritura ha tejido en mí. Es por eso que debo rogar excusas a los lectores por, tal vez, no saber qué preguntas hacer, porque este libro no es una entrevista, más bien, es una intención de penetrar en la intimidad de esa singularidad que es José Balza.
Este libro es también un Delta. La entrevista está compuesta por seis capítulos de preguntas y respuestas, que posteriormente fueron ordenados cronológicamente «El primer fluir» nos habla de su niñez, de su adolescencia, de sus padres; «El libro como acompañante», de su relación con la lectura; la tercera parte, «La indetenible navegación», intenta abordar sus viajes, su proceso como profesor, la amistad y, en general, aspectos cotidianos de su vida profesional; la cuarta parte, «El ejercicio creador», reúne las preguntas sobre su oficio como creador, sobre el ser creador de Balza, seguidos por la relación que estable el escritor con el arte y con algunas obras de su quehacer y de la influencia de otras artes. La quinta parte, «Mirar(se) desde adentro», intenta acercarse a su interioridad y a su pensamiento; y finalmente, «La persistencia en el ejercicio de ser» nos habla de su constancia en el ejercicio de descubrirse y del encuentro consigo mismo, luego, como caños que se desprenden de este gran río nacen fotografías inéditas, algunas pinturas y dibujos de nuestro autor (cuyos números y títulos agregué para facilitar su clasificación y estudio en el futuro), también frases que surgieron en las conversaciones, fragmentos de entrevistas y citas de sus libros que permiten acercarse desde su literatura a las interrogantes; además, se anexan otros elementos como cuestionarios, algunas cartas de su archivo personal, fragmentos de sus diarios, manuscritos; una cronología de su vida; una bibliografía detallada que incluye los índices de sus primeras ediciones —y que creo serán útiles al investigador— y una bibliografía crítica de la obra del autor.»



