Ricardo Dudda (Madrid, 1992) es periodista y miembro de la redacción de Letras Libres. Es autor de La verdad de la tribu. La corrección política y sus enemigos (2019). Ahora presenta Mi padre alemán, finalista del II Premio de No Ficción Libros del Asteroide.
En el texto, el autor explora la historia de su padre, superviviente de la segunda guerra mundial y refugiado político durante más de una década. A medio camino de la biografía, el ensayo y la no ficción narrativa, se trata de una apasionante historia sobre la culpa y la identidad y de una larga y emotiva conversación entre un padre y un hijo sobre la vejez, el paso del tiempo y la construcción de los recuerdos.
¿Qué libro recuerda de su infancia?
Mi educación literaria es muy extraña. Empecé a leer literatura elevada muy tarde. Mi libro más leído de infancia era un libro para adultos. Se titulaba Familia no hay más que una, de Gomaespuma. Es una serie de perfiles literarios humorísticos sobre los miembros de una familia estándar española. Revisándolo, veo que su humor es un poco rancio, a veces clasista y desfasado. Pero por entonces me reía mucho.
¿Qué libro no pudo terminar?
Antes me preocupaba mucho no terminar los libros, ahora me da un poco igual. Para la elaboración de Mi padre alemán leí muchos libros que realmente solo me servían como consulta, no necesitaba terminarlos. Luego ya se me quitó el estigma. Nunca pude terminar Oblómov, de Iván Goncharov, y creo que solo me quedan unas 50 páginas. Pero ha pasado ya tanto tiempo desde que lo leí que soy incapaz de retomarlo.
¿Qué libro desearía que no se hubiera acabado nunca?
Stop-Time, de Frank Conroy. Es la autobiografía del autor, pero solo llega hasta su veintena. Es una historia apasionante y aunque luego su vida cambió mucho y parece que pierde interés (pasó de ser una especie de vagabundo en los Estados Unidos de los años cuarenta y cincuenta a dar clases de escritura creativa en la Universidad de Iowa), me hubiera gustado que fuera una autobiografía completa.
¿Qué libro le gusta regalar?
Autorretrato, de Édouard Levé, a pesar de que es un libro muy extraño y neurótico y nada narrativo. No siempre acierto. Otro con el que acierto un poco más es Las pequeñas virtudesde Natalia Ginzburg.
¿Qué libro no regalaría nunca?
Uno del que no sepa nada, que haya comprado solo porque está de moda o tiene buena prensa.
¿Qué libro le habría gustado escribir?
El ya mencionado Autorretrato de Levé. Aunque no me hubiera gustado ser él, que tuvo muchos problemas mentales (se suicidó con 42 años).
¿Qué cree que se debería hacer para fomentar la lectura?
No tengo ni idea. Entiendo el fomento de la lectura en la infancia y adolescencia, pero no entiendo cuál es su objetivo en la población general. ¿Leer el qué? Creo que en una época en la que la información es tan veloz y efímera es más importante saber detectar qué estamos leyendo, saber detectar la desinformación, que leer más. De hecho, leemos más que nunca, lo que no sé es si leemos mejor.
Ricardo Dudda
Libros del Asteroide, 126 pp., 18,95 €