Isabel Alba es escritora, fotógrafa y guionista. Licenciada en filosofía por la Universidad Complutense de Madrid, reside en Donostia. Ha publicado dos ensayos sobre narrativa cinematográfica y cuatro novelas: Baby spot (2003), La verdadera historia de Matías Bran. El recinto Weiser (2011)—con la que fue finalista del Premio Euskadi de Literatura—, 65 % agua (2014) y La danza del sol (2018, Acantilado).
Ahora presenta La ventana, historia de una ilustradora treintañera en paro, que observa el mundo desde la ventana del minúsculo piso de protección oficial en el que vive. Para paliar la soledad y la angustia que la acompañan desde el estallido de una mortífera pandemia, vierte en un cuaderno, a modo de collage, sus más íntimas reflexiones mientras contempla recelosa cómo, tras meses de confinamiento, las calles retoman el pulso con un entusiasmo del que no participa: el dolor sigue todavía muy presente. Una voz poética que recrea con el hechizante magnetismo del sueño el estremecimiento de los dos mundos que separa la ventana.
1.- ¿Qué libro recuerda de su infancia?
Recuerdo muy especialmente una colección infantil que publicó Esther Tusquets en Lumen. En ella había relatos de Pearl S. Buck, Ana María Matute y Gloria Fuertes, entre otras autoras y autores. Aún la conservo en mi biblioteca.
2.-¿Qué libro no pudo terminar?
Siempre termino los libros que empiezo. Les doy una oportunidad hasta la última página, incluso cuando descubro ya en la primera que no me van a interesar.
3.-¿Qué libro desearía que no se hubiera acabado nunca?
Más allá de libros concretos, lo que me genera frustración es que se me acaben todos los libros de un autor o una autora que me gusta. Esa sensación, casi dolorosa, al terminar el último libro de alguien que ya ha fallecido. Recuerdo especialmente cuando acabé El Gran Meaulnes -lo leí en una tarde, de un tirón- y descubrí que Alain Fournier no había tenido tiempo de escribir nada más, lo mataron en La Primera Guerra Mundial. También cuando leí hasta el último relato de Carson McCullers y supe que ya no podría leer ningún libro nuevo suyo más.
4.-¿Qué libro le gusta regalar?
Si regalo un libro, cosa que hago en raras ocasiones, tiene que ser uno que ya he leído, me ha gustado y tengo la certeza de que gustará a quien lo recibe.
5.-¿Qué libro no regalaría nunca?
Uno que no haya leído antes.
6.-¿Qué libro le habría gustado escribir?
Todos los que ya no tendré tiempo de escribir. Nunca he deseado haber escrito el libro de otra persona, sólo leerlo.
7.-¿Qué cree que se debería hacer para fomentar la lectura?
Leer en voz alta a las personas desde pequeñas. Y cuando ya sepan leer, turnarse con ellas para hacerlo. Mi madre lo hizo conmigo y yo lo hacía con mi hija todas las noches, era el mejor momento del día.
LA VENTANA
Isabel Alba
Acantilado, 128 pp., 14 €