A comienzos de este año salió al mercado editorial español e hispanoamericano, el libro Secreto y pasión de la literatura. Los escritores en primera persona, de Borges a Almudena Grandes (Tusquets Editores, 2025), del escritor, periodista y hombre de la cultura tinerfeño Juan Cruz Ruiz. Lo adquirí el mismo día de su salida en las librerías y pensé que se iba a convertir en la novedad de las novedades en España, pero no fue así, y mi asombro es porque este libro constituye, sin duda alguna, el retrato más vigoroso y de rigor que se haya publicado acerca de la literatura en lengua española en los últimos años, cuya retrospectiva abarca por los menos cuatro décadas de trasiego literario en ambas orillas.
Lo maravilloso de este libro, es que está escrito desde la experiencia viva del autor: cada entrada, conversación, entrevista y comentario es consecuencia de una vida dedicada a explorar los intersticios de los complejos (y a veces enrevesados) mecanismos de relojería de nuestras letras, y en cada página está plasmado, no lo que otros han dicho de cada uno de los autores aquí incluidos (lo que también tendría mérito), sino lo que Cruz Ruiz ha recogido con grabadora y libreta en mano, en su permanente trajinar y contacto con los protagonistas en primera fila de un territorio narrativo, ensayístico y poético, que luce ya como patrimonio artístico y cultural del mundo en la lengua de Cervantes (incluso, más allá).
La hermosa portada del libro muestra el amplio espectro de figuras que desfilan en sus trescientas ochenta páginas (aunque, como se verá, muchas quedan por fuera del retrato), y que se lee con verdadero disfrute, porque no es un libro solo para bibliófilos, o seguidores y fanáticos de lo más representativo de las letras en algunos países, sino para todos aquellos que busquen indagar, desde la metódica académica, acerca del profundo impacto que todas estas figuras han dejado en cientos de miles de amantes del hecho literario, que elevaron, con merecido derecho, a todas ellas, a posicionarse como emblemas y arquetipos de una época de verdadero esplendor y riqueza literaria y lingüística.
Desfilan en este libro escritores vivos y fallecidos también y, en lo particular, hay trabajos en el volumen que me gustaron sobremanera, porque muestran en su veta más personal e íntima a personajes que han dejado huella profunda en las letras, y cuyas existencias y trayectorias son para nosotros auténticas escuelas, me refiero a casos como Jorge Luis Borges, Luis Landero, Javier Cercas, Eduardo Mendicutti, Leonardo Padura, Rafael Puig, Fernando Aramburu, Cristina Fernández Cuba y Almudena Grandes.
Resulta interesante en el libro la depurada prosa del autor ya que, si bien es cierto, es un periodista con amplia trayectoria en el medio español (dirigió la sección de Opinión y fue además Redactor en Jefe de Cultura del diario El País), su lenguaje es florido y a veces literario, ya que en él se conjuga con acierto su triple carácter de profesional de la comunicación, de narrador y poeta (ha tocado con enorme éxito la entrevista, la novela, la auto ficción, las memorias, el ensayo, el artículo de opinión y el cuento infantil).
Además de los escritores ya citados, hallamos en Secreto y pasión de la literatura, anécdotas, ocurrencias, remembranzas, referencias, conversaciones, entrevistas, perfiles, crónicas y evocaciones de figuras relevantes de las letras, como Javier Marías, Günter Grass, Guillermo Cabrera Infante, Juan Carlos Onetti, Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa, Jorge Semprún, Susan Sontag, Juan Cueto, Manuel Vicent, Bárbara Blasco, Severo Sarduy, Manuel Vilas, Camilo José Cela, Antonio Muñoz Molina, José Manuel Caballero Bonald, Sergio Ramírez, Francisco Uriz, María Zambrano, Nélida Piñón, Nuccio Ordine, Jorge Edwards, Paco Umbral, Rafael Azcona, Albert Camus, Jean-Paul Sartre y Héctor Abad Faciolince, entre otros.
No escapan a la lupa escrutadora de Juan Cruz Ruiz algunos editores y figuras del libro, como Jorge Herralde, Carlos Barral, Oscar Tusquets y Beatriz de Moura, quienes fueron clave en el descubrimiento y proyección de muchos escritores convertidos posteriormente en narradores de enorme impacto global, desde casas editoriales como Anagrama, Seix Barral y Tusquets, que marcaron estela en España y América Latina, y cuyo legado hoy pervive, aunque con otros rostros y en alianzas estratégicas.
El antecedente inmediato de este libro está en Egos revueltos (Tusquets, 2012), del mismo autor, que recibió entonces el Premio Comillas de Memorias, y que hoy llega a nosotros redimensionado y con nuevas figuras, para dar testimonio de una pasión que, como el título lo anuncia, es el eje articulador de estas páginas. La pasión literaria es también el motor que lo ha impulsado a continuar por este derrotero, a proseguir en el empeño por dar, desde este magnífico retablo de papel, cuenta de un camino incansable como periodista cultural, hombre de letras y también editor (actuó como director de Alfaguara entre 1992 y 1998, que fue un periodo especialmente rico en escritores y obras).
Como lector y también apasionado hacedor de las letras, agradezco al autor este testimonio literario, que queda como memoria histórica y punto de referencia para las nuevas generaciones de lectores y autores, quienes tendrán en estas páginas (y en la trayectoria completa del colega tinerfeño) un interesante “panóptico” de posibilidades estéticas en qué moverse, y así poder auscultar con certeza en los indicadores de un tiempo por demás interesante desde lo literario, aunque oscuro (y hasta cruel) en otros territorios de lo humano.
Ricardo Gil Otaiza