David Von Drehle es columnista de The Washington Post, tras haber trabajado en Time, donde escribió más de sesenta artículos de portada como editor. También es autor de varios libros, incluyendo el galardonado best seller Triángulo: El Fuego que Cambió América. El autor vive en Kansas City con su esposa, la periodista Karen Ball, con la que tiene cuatro hijos.
¿Cómo fue ganarse la confianza de Charlie y recopilar tantos recuerdos de todo un siglo?
Charlie tenía una gran habilidad para conocer gente, algo que le ayudó mucho porque sobrevivió a todos sus amigos originales. Él y yo entablamos rápidamente una amistad fácil y abierta, y durante nuestras conversaciones compartió con naturalidad las historias de su vida. Le gustaba contarlas y era un gran narrador. En realidad, no tenía intención de escribir un libro sobre él; de hecho, fue solo después de su fallecimiento, al reflexionar sobre su vida, cuando me di cuenta de que este era un proyecto que me llamaba la atención.
¿Fue difícil convertir la vida de Charlie en una historia que combina recuerdos, historia y reflexión?
Sí, lo fue. Al menos para mí. Sin duda, la parte más difícil del proyecto fue determinar el ritmo y la voz. Quería que el libro se leyera muy rápido y que los cambios de la biografía a la historia, a la filosofía y viceversa se sintieran naturales.
Charlie vivió más de 100 años y fue anestesista en una época de grandes cambios médicos. ¿Qué lecciones le enseñó sobre la profesión y la vida?
La personalidad de Charlie tenía una mezcla interesante: era un médico orgulloso de su trabajo, pero escéptico con respecto a la medicina. Ir al médico era su último recurso. El resultado era que podía hablar con mucha franqueza sobre su trabajo, porque intentaba que pareciera misterioso. Tenía una humildad genuina que intento emular.
¿Cómo describirías las transformaciones en la medicina que experimentó un anestesista como Charlie a lo largo de su carrera?
Charlie se formó como médico antes del descubrimiento de la penicilina y la consiguiente revolución farmacéutica. También aprendió en una época en la que la anestesia era un campo muy rudimentario. Los médicos generalistas de los años veinte y treinta tenían pocas respuestas eficaces a las necesidades de sus pacientes. La Segunda Guerra Mundial cambió todo eso, con la producción masiva de antibióticos y el rápido desarrollo de las técnicas quirúrgicas. Esto marcó el comienzo de la era de la especialización, y Charlie aprovechó la oportunidad para formarse como anestesista, lo que le proporcionó una segunda carrera mucho más lucrativa que la primera.
En el libro, usted aborda algunos de los acontecimientos médicos más importantes del siglo pasado. ¿Cuál de ellos cree que tuvo un impacto más significativo en la vida de Charlie?
Sin duda, fue el desarrollo de herramientas y estrategias para avanzar en la cirugía durante la Segunda Guerra Mundial. La intubación de los pacientes permitió realizar cirugías muy invasivas en el torso. Los mejores anestésicos permitieron cirugías más largas y complejas. Charlie participó en más de 15 000 cirugías, incluida la primera cirugía a corazón abierto en Kansas City.
El libro trata sobre la gratitud, la simplicidad y la resiliencia. ¿Cómo definiría la felicidad después de escribir este libro?
Conocer a Charlie y analizar su vida me ayudó a comprender que la felicidad es un verbo más que un sustantivo; es un proceso continuo de entrenar los pensamientos y las energías de uno mismo para ser útil, ser amable, conectar de manera significativa con los demás y buscar el bien.
¿Qué lecciones podemos aprender de alguien que vivió tiempos tan inciertos y cambiantes?
En Lo que aprendí sobre la felicidad, comparto el ejemplo de la vida de Charlie a lo largo de más de un siglo de agitación y cambio. Creo que él es un gran modelo de la sabiduría estoica, de la idea de que la verdadera libertad proviene de comprender que solo controlamos nuestros propios pensamientos y acciones. No controlamos a las demás personas y no controlamos el destino. Somos libres de elegir el tipo de personas que queremos ser, y si nos esforzamos por ser útiles a los demás, por ser amables, por ser valientes y buscar el bien, entonces tendremos una vida significativa sin importar las circunstancias que encontremos.
Fuente: Bibiana Ripol Comunicación











