Versos sin edad, que acentúan la posibilidad de que la obra de su autor se consolide como un clásico del género en la lengua castellana, configuran esta entrega del argentino Hugo Mujica (1942), la decimocuarta de su vasta producción poética. Un creador que, además, cultiva con similar originalidad y destreza escritural otras disciplinas, tales como el ensayo, la narrativa y textos para obras musicales que tuvieron su estreno en las Américas y Europa.
Tan destacada trayectoria no podía menos que ser reconocida por la crítica especializada, tanto latinoamericana como ibérica, que ha proveído al interesado en ahondar en la profusa obra de Mujica abundancia de estudios académicos al respecto. Asimismo, desde su inicial Brasa blanca, poemario que data de 1983 y que fue publicado por el sello argentino Sitio del Silencio, se han multiplicado las traducciones de su poesía —llevada al italiano, francés, búlgaro, inglés, portugués, griego, hebreo, sueco y esloveno— tanto como las sucesivas reediciones en nuestra lengua y otras de las extranjeras.
En el caso puntual de En un río todas las lluvias, asistimos al desarrollo de complejos sentidos abordados por la conciencia de sí, de la historia colectiva e individual, la naturaleza (tópica que impregna todo el volumen) y los más variados puntos de vista filosóficos, religiosos y místicos provistos por el acervo cultural de Occidente y Oriente contribuyen a la polisemia desplegada por el poeta, cuya sólida formación en todas y cada una de estas vías cognitivas resulta incontrastable.
Como bien sabemos, no es imprescindible asistir a corridas de toros para escribir y muy bien sobre tauromaquia, de igual manera que nos resultaría imposible referirnos a la caída de Ilión si la condición sine qua non fuese haber sido contemporáneo de Aquiles, Héctor u Odiseo; sin embargo, la impronta vivencial deja indeleble su marca allí donde se impone su presencia. Tal es el caso en cada obra de Hugo Mujica y también sucede así en el caso de En un río todas las lluvias. Mujica extrae de sus vastos conocimientos multidisciplinarios, al tiempo que de sus propias experiencias existenciales, la amalgama conceptual y simultáneamente emocional que anima y dota a sus piezas poéticas de tanta potencia expresiva, conjugada con un efecto casi inmediato de identificación que estalla sorprendentemente en su lector. Y lo genera apelando a un discurso llano y penetrante, donde invariablemente metáforas, sinécdoques, comparaciones y cuanta figura retórica emplea carecen por completo de pretensión alguna de mero lucimiento, sino que, muy por el contrario, invariablemente obedecen a un ajustado mecanismo expresivo, subordinadas al eje central sobre el que giran todas ellas: expresar en palabras lo que es, paradójica y muy generalmente, inefable; la belleza y hondura infinitas de la realidad, con sus luces y también con sus tinieblas, que bien sabemos que las tiene.
Luis Benítez
En un río todas las lluvias
Hugo Mujica
Visor Libros, 80 pp., 12 €