Una apuesta radical sobrevuela la Antología de Spoon River (1915/1916) de Edgar Lee Masters: que aceptemos sin reservas el complejo universo de una ficticia comunidad espectral: Spoon River. Así como los muertos deambulan y charlan de manera convincente en Los sueños de Quevedo o Pedro Páramo de Rulfo, en la Antología de Spoon River es todo un pueblo el que yace en la colina donde se ubica el cementerio; el protagonista coral de un libro donde las diferentes voces explican qué los ha llevado al cementerio: alcaldes, reverendos, jueces, banqueros, médicos, policías, empresarios, asesinos, prostitutas, taberneros, músicos, poetas…
La Antología de Spoon River consta de 244 poemas y dos llamativas secciones: “La Espuniada”, síntesis de los poemas en forma de paródica imitación homérica, y un “Epílogo” teatralizado donde reaparecen muchos de los temas tratados en los poemas: el sexo, la ambición, el sufrimiento, o los anhelos incumplidos. Insistimos, más de doscientos epitafios ampliados -epilios para Jaime Siles, o antiepitafios para Jesús López Pacheco, el autor de la, hasta ahora, primera traducción completa, aunque monolingüe, de la obra de Lee Masters-, que adoptan la forma de breves retratos o autorretratos de los personajes que los protagonizan. Un impresionante elenco de vidas, la mayor parte de las cuales han visto malograda su existencia debido a la negligencia, la violencia o la desgracia.
Masters, aprovechando sus conocimientos y vivencias como ciudadano y abogado, reconstruye un auténtico microcosmos, un inolvidable fresco de la vida rural de un núcleo que podría corresponder a la de cualquier población del Midwest de los Estados Unidos. Pero de un pueblo fantasma, cuya vida toma forma gracias a la habilidad de Masters en agrupar una serie de voces y encadenarlas -pues conocemos su historia, no solo por lo que ellos mismos narran, sino a través de los demás personajes que la completan o contraponen-, tejiendo un amplio abanico de relaciones que ponen al descubierto los entresijos de esa sociedad. Cómo olvidamos que se trata de espectros que nos susurran sus anhelos e infortunios, y, sobre todo, la capacidad para individualizarlos y que nos identifiquemos con su patetismo en un poema tan breve, es uno de los mayores logros del libro.
La corrupción, la envidia, el nepotismo, la inmoralidad, la venganza, la culpa, o el amor frustrado son algunos de los virus que han padecido y llevado directamente a la colina a sus ocupantes, o el pecado capital que esperan expiar mediante un relato que, muchas veces, toma el sesgo de una verdadera confesión de las propias miserias, debilidades o desgracias. Testimonios no exentos de humor o ironía que buscan la complicidad del lector para que nos hagamos cargo de su historia: el epitafio como última oportunidad para luchar contra la soledad y el olvido. Aunque Lee Masters dio continuidad a la obra –La nueva Spoon River (1924)-, y es autor de otros tantos libros de poesía –Un libro de versos (1898) o Canciones y sonetos (1910), entre otros-, fue aquella la que lo hizo mundialmente famoso, y por la que pasará a la historia de la literatura como un clásico.
Como Cervantes, Salinger, Rulfo o Larrea, Lee Master es, fundamentalmente, autor de un solo libro; quizás, como anota el traductor de esta edición, Eduardo Moga: “Porque no sabía muy bien lo que estaba haciendo cuando lo escribía, ni lo que había hecho cuando ya lo había escrito”. A destacar de esta impresionante edición bilingüe, la exquisita presentación de Luis Mateo Díez, Premio Miguel de Cervantes 2023, y la que es, ahora, la mejor versión en castellano de la Antología de Spoon River, a cargo del poeta y crítico Eduardo Moga, autor, así mismo, de un estudio introductorio excepcional.
Moisés Galindo
Edgar Lee Masters
Antología de Spoon River
Presentación de Luis Mateo Díez, traducción, introducción y notas de Eduardo Moga
Galaxia Gutenberg. Páginas: 696. Precio: 28 €