Agradezco a la Editorial Rosamerón la publicación de este libro de Regina Ullmann. Es el primer paso en lengua española para dar el reconocimiento que merece una autora alabada y recomendada por Rainer Maria Rilke, Thomas Mann, Robert Musil o Hermann Hesse, entre otros. Contar con una traducción de Ullmann al español es, pues, un privilegio.
Traducir a Regina Ullmann es una tarea ardua, porque también leerla y comprenderla lo es. Y lo es precisamente por la extrema originalidad y autenticidad de su escritura. Autenticidad, porque la escritura a la que estamos acostumbrados, de corte lingüísticamente realista, y la otra, la que procede de los repliegues más recónditos del alma, conviven como si tal cosa. Ullmann combina lenguaje de diversa índole, realista y onírico, no porque articule ambos lenguajes como una construcción artificiosamente pensada, sino porque su modo de pensar, imaginar y percibir el mundo bebe más directamente de la imagen que de las palabras que se esfuerzan por expresarla. Imagen que lleva un personalísimo sello y exige del lector penetrar un ignoto modo de ver y de sentir. Lo abstracto y lo intangible (los sentimientos y las emociones) se funden y confunden con lo concreto y lo tangible. Es especialmente remarcable el uso de la metáfora, en el que los espejos y los reflejos de unos personajes en otros tienen un papel preponderante, y del símil, donde destaca sobre todo la comparación con los pájaros, por los que la voz narradora siente especial empatía, hasta el extremo de adoptar a veces su punto de vista o confundirse casi con el protagonista humano.
Pero la escritura de Ullmann presenta otras características igualmente singulares: diríase que desgrana situaciones y personajes a partir de indicios muy sutiles que anticipa a pequeños sorbos y que solo mucho más adelante el lector puede aprehender cabalmente. Así, sucede que a menudo, en un principio, provoca la extrañeza del lector, que no sabe situarse en la historia o no comprende la naturaleza de un personaje hasta bien avanzada la lectura.
No, Regina Ullmann no nos lo pone fácil. Su capacidad de observación es enorme e igualmente enorme es su capacidad de interpretación de lo que observa que sucede en el interior del alma humana. Su mirada incisiva llega a conclusiones que conforman una filosofía de la vida que pone en boca de la voz narradora omnisciente. Una voz narradora que sentencia qué puede suceder o sucede en tal o cual situación a partir de la manera de ser y de actuar de sus personajes.
Anna Rossell, traductora
Regina Ullmann
Camino rural
Editorial Rosamerón, traducción de Anna Rossell, 240 pp., 21,90