¿Qué sucedería si nuestra historia, casi siempre explícita y tangible, fuera en realidad un entramado de posibilidades infinitas, de ciudades imaginarias, de factores inexplicables que, como afirma Juan Gabriel Vásquez en su ensayo La traducción del mundo, buscan la conexión secreta entre dos momentos separados en el tiempo, imposibles de reconstruir sin el lenguaje de la ficción? ¿Es posible descifrar los enigmas del pasado a través del misterio?
En el mundo literario, pocos narradores han conseguido traspasar esa capa superficial de realidad de forma tan profunda como Jorge Luis Borges e Ítalo Calvino. Mientras que Borges se adentró en un espacio repleto de laberintos mentales y espejos que reflejaban lo infinito, Calvino construyó para nosotros un conjunto de paisajes y ciudades que desafiaban la lógica para extraer, de esa segunda capa de conciencia tan adherida a lo sobrehumano, la lógica real del ser humano. En esta tradición se inscribe Sutiles presencias, el nuevo libro de cuentos del periodista y escritor José Francisco Rodil Lombardía, publicado por Velasco Ediciones.
Quienes conozcan la obra de este autor sabrán que su mirada, siempre pausada y firme, se traduce en un lenguaje literario robusto, inmune al exceso, pero también a la contención, soberbio en su modo de conjugar el tiempo y la historia. Y es, precisamente, el uso de sus reglas narrativas en este contexto arcano lo que convierte a Sutiles presencias en una obra sobresaliente.
Situándose a la altura de las mejores piezas borgianas (pienso, por ejemplo, en El jardín de los senderos que se bifurcan o en El inmortal), los cuentos de Rodil sorprenden por su acertada ambivalencia: por un lado, la exposición de sus personajes a lo inexplicable es realista y rigurosa, al más puro estilo galdosiano; por otro, su inmersión en el terreno de lo inexplicable y la recreación sensorial que impone al lector resulta tan eficaz como divulgativa.
Los lectores de Ítalo Calvino que hayan disfrutado con su obra maestra Las ciudades invisibles lo harán también con Lección póstuma, La sombra o Bagatela. Relatos todos ellos en los que Rodil examina con un acertado afán naturalista las múltiples realidades que perviven lejos de nuestra comprensión, y su pacífica coexistencia con lo rutinario, con lo cognoscible, con las hagiografías del ser humano que, gracias a la ficción y al imaginario de su creador, dejan de ser burdas para convertirse en enigmáticas.
No podemos afirmar que, con Sutiles presencias, Rodil haya hecho un experimento literario. Muy al contrario, su solidez e inefable rigor hacen que su obra tome el relevo de los más grandes, de aquellos que emplearon el lenguaje más certero y clarividente para desentrañar lo que no tiene explicación.
José Luis Díaz Caballero
Sutiles presencias
José Francisco Rodil Lombardía
Velasco Ediciones, 196 pp., 19 €