En Orvallo, Marta Pastur Rubio nos sumerge en una colección de relatos que navegan entre la infancia, la memoria y el encuentro con la realidad adulta. Con una prosa colmada de matices poéticos, la autora reconstruye instantes que parecen efímeros, pero que se tornan significativos en la construcción de la identidad. A través de distintos fragmentos narrativos, el libro teje un mosaico de experiencias que abordan la curiosidad infantil, el asombro ante lo cotidiano y el paso del tiempo como un hilo invisible que une momentos dispersos.
La obra inicia con una serie de estampas sobre el descubrimiento del mundo desde la mirada de una niña. Entre juegos, viajes y preguntas sin respuesta, se esboza una infancia marcada por el deseo de entender el entorno y por la certeza de que cada pequeño gesto puede transformarse en un recuerdo imperecedero. Conforme avanza el libro, la nostalgia y el crecimiento comienzan a entrelazarse con la crudeza de ciertos episodios. La hospitalización de la protagonista, el aprendizaje de las mentiras piadosas y la experiencia del miedo se convierten en puntos de inflexión que marcan el paso a una conciencia más profunda de la vida y sus sombras. A través de su mirada, el libro presenta un contraste entre el sufrimiento y la fortaleza infantil, recordándonos que la infancia no es siempre un espacio de inocencia, sino también de resistencia.
El libro transita entre diferentes escenarios y personajes, conectados siempre por la voz narrativa, que observa, recuerda y se enfrenta a las emociones con una mezcla de ternura y madurez. Relatos como Pas de Chat o Apego exploran la sensación de pérdida y el miedo a la ausencia, mientras que en Efecto Proust se aborda el poder de los recuerdos olfativos y su capacidad de transportarnos a lugares y tiempos que creíamos olvidados. Del mismo modo, otro hilo temático recurrente es la educación y el vínculo con los niños. En relatos como Hipotonía, Codo a codo y Laboratorio, quien relata se sumerge en el mundo de la enseñanza y el acompañamiento infantil, donde los gestos mínimos pueden significar la diferencia entre el aislamiento y la conexión. La relación con los pequeños, sus preguntas inesperadas y su forma de percibir el mundo permiten que la observadora reflexione sobre su propio crecimiento y sobre las diferentes formas de aprender y enseñar.
El concepto de Orvallo, esa llovizna imperceptible que empapa sin que nos demos cuenta, se convierte en la metáfora que sostiene el libro. Al igual que la fina lluvia, los relatos de Marta Pastur Rubio se filtran lentamente en la memoria del lector, dejándolo impregnado de una sensación melancólica pero reconfortante. Cada historia, cada instante narrado, nos recuerda que la vida está hecha de pequeños momentos, de detalles que, aunque fugaces, dejan huella. Con una escritura que equilibra lo lírico y lo íntimo, Orvallo es una obra que invita a la contemplación, al redescubrimiento de la infancia y a la reflexión sobre las marcas que el tiempo deja en nosotros. Un libro que, como la llovizna que le da título, nos cala sin que lo notemos hasta que ya estamos empapados de su atmósfera.
Sandra Márquez
Orvallo
Marta Pastur Rubio
Uve Books, 80 pp., 14,90 €
